Si te decides a disminuir o eliminar el azúcar verás cómo logras romper ese círculo vicioso y con el tiempo sentirás menos antojos. Podrías perder peso: si la energía del azúcar no se quema justo después de consumirla, se convertirá en grasa para tu cuerpo además de ser calorías vacías.
Eliminar (o reducir) la cantidad de azúcar que comes también puede bajar los picos de insulina y de glucosa en tu torrente sanguíneo, disminuyendo la inflamación crónica y aguda que se relacionan con la edad.
Las enfermedades cardiovasculares y la diabetes, además del sobrepeso y la obesidad, que a su vez son factores de riesgo para ambas patologías, son las consecuencias más directas de pasarse con el azúcar. Y con “pasarse” hablamos de superar el 5% del total de calorías ingeridas en el día.